martes, 26 de octubre de 2010

LA AUTORIDAD

A veces me siento muy mal como mamá, sobretodo cuando mi pequeña de 8 años me reclama que soy estricta y que si fuera buena mamá pasaría más tiempo con ella consintiéndola o cuando mi hijo de 13 años me mira con sus grandes ojos reprochando en silencio mis ordenes.  Cuando sucede esto, mi autoestima se derrumba, tengo malas noches y siento que soy todo un fracaso... reflexiono, miro hacia atrás y me fijo en que he hecho mal para remediarlo.  En parte soy culpable, soy una persona que sube el tono de voz con facilidad llegando hasta a gritar y me desespero cuando mis hijos dilatan las ordenes que les doy, aunque cuando los veo a ellos y veo que cumplen con sus obligaciones en el colegio, que son niños respetuosos, amables y con un buen comportamiento, creo que no ha sido tan malo mi trabajo solo tengo que bajarme el volumen en el momento preciso y contar hasta diez; de todas formas se que necesito más que eso para mejorar entonces me puse en el trabajo de buscar sobre el tema, sobre lo que es la autoridad, hasta donde es buena y como debe de administrarse en la casa, encontre un artículo muy bueno y voy a resumirlo para ustedes y para mi claro esta, porque lo voy a leer por lo menos una vez a la semana para practicarlo siempre.

Dice así: AUTORIDAD: Se deriva del verbo latino AUGERE y significa “Ayudar a crecer”.
Lo que nos lleva a entender que si en la casa no hay autoridad son muchos los problemas que enfrentamos como familia.
La autoridad se debe ejercer todos los días; siempre tomando decisiones correctas, justas y útiles para ganarla y nunca perderla.  No hay que gritar, no tiene que estar llena de castigos y tampoco debemos enojarnos con nuestros hijos, eso sólo deteriora nuestra relación con ellos y por tanto la calidad de vida familiar.
Nosotros somos sus guias y se supone tenemos más sabiduria que ellos, por tanto estamos ahí para brindarsela cuando la necesite, debemos tomar decisiones por ellos, desde pequeños debemos darles tareas, deben de acostumbrarse a cumplirlas y en nuestra firmeza y cariño esta que las aprendan y las cumplan sin problema.
Tener claro que no podemos imitar a sus amigos y ser compinches de sus travesuras porque en este ir y venir se pierden valores de respeto y autoridad, llegando al punto de que ellos quieren convertirse en la autoridad y por su falta de conocimiento y sabiduría tienden a ser unos pequeños tiranos o dictadores.

Como tener autoridad?
  1. Ejerciendola día a día: todos los días tenemos que tomar decisiones en su educación que los ayuden a respetar y a conocer los límites naturales, que les ayuden a madurar como persona.
  2. Huyendo del autoritarismo: nuestro cariño y amor deben prevalecer en cualquier circunstancia.
  3. Hay que conservar nuestro prestigio: este solo se gana con nuestro comportamiento hacia ellos, hacia las demás personas de la familia y hacia los que nos rodean, debemos tener valores y cultivarlos, la amabilidad, la paciencia, la serenidad, el optimismo, la humildad, la forma en que trabajamos, la honradez, son valores que nos muestran a los ojos de nuestros hijos como seres especiales y sabios.  El prestigio ante ellos nunca lo ganaremos con dinero, con una posición social o con un cargo, los ojitos de nuestros hijos van más allá de eso, ellos tienen la capacidad de vernos interiormente y de juzgarnos con más dureza.

Los errores más frecuentes que cometemos con nuestros hijos y debilitan nuestra autoridad de padres son:

  1. La permisividad: Nosotros somos sus guías, somos los que sabemos que está bien y que está mal, debemos de corregirlos cuando los vemos hacer o decir algo indebido.
  2. Ceder después de decir no: No podemos negociar con ellos si ya les dijimos que no, tenemos que ser inteligentes en esa parte porque entonces ellos siempre nos ganarán el sí y perderan credibilidad en nuestras ordenes.  Esto no implica que se rompa la comunicación entre nosotros, podemos hablar con ellos pero manteniendo nuestra palabra.
  3. Falta de coherencia: si los vamos a corregir en algo hoy, también tendra que ser así mañana, no podemos por conveniencia o comodidad dejarlos hacer algo que tenían prohibido o que ya sabian que estaba mal hecho.
  4. Gritar y perder los estribos: Aunque parece que es normal que como educadores nos pase, esta mal hecho, porque estamos maltratando psicologicamente nuestros hijos, los estamos humillando y les estamos deteriorando la autoestima y lo peor es que cuando lo hacemos nos vamos acostumbrando a hacerlo.  Los gritos son malos porque cuando no dan resultado podemos pasar fácilmente al insulto, a la humillación e incluso al maltrato psíquico y físico.  Es tan grave gritar que si un padre no puede manejar esto debe recurrir a la ayuda de un especialista.
  5. El autoritarismo: es el extremo de la permisividad y con esto no lograremos que nuestros hijos tengan un equilibrio en su comportamiento sino que haremos de ellos personas sumisas, sin iniciativa e influenciables por cualquiera.
  6. No cumplir las promesas ni las amenazas: si vamos a darles bien sea una promesa o una amenaza deben de ser realistas y fáciles de aplicar, al no cumplirles estamos faltando a nuestra palabra y ellos pierden credibilidad en nosotros.
  7. No escuchar: tomarnos el tiempo entre nuestras ocupaciones para escucharlos, ser muy claros en nuestros comentarios, evitar juzgarlos, tratar de entenderlos, sencillo pero muy importante para mantener siempre la comunicación con ellos.
  8. Exigir éxitos inmediatos: Paciencia mucha paciencia, todo requiere un periodo de aprendizaje y como buenos padres tenemos que aprender que repetir es parte de este proceso.

Con nuestros hijos debemos ser muy claros a la hora de definir objetivos y límites para que ellos puedan diferenciar entre lo que está bien y mal.
No se si estan pensando lo mismo que yo pero se los comparto, creo que se ve muy fácil, pero no todos los niños son iguales y a veces por más que lo intentamos es muy díficil aplicar estas técnicas con ellos, los niños lloran, se quejan y nos chantajean con su comportamiento, son tan indecifrables que en algunos momentos nos parece que estamos luchando una causa ya perdida.  Pero a pesar de esto hay algo que también me queda claro y es que el ambiente familiar es muy importante, lo que ellos ven de nosotros los adultos los influencia demasiado, si ellos ven discusiones y malos tratos su educación se volverá más díficil pero si ellos ven amor, risas, diálogo, su comportamiento es dócil y moldeable a lo que queremos lograr: un niño equilibrado.
Recordemos siempre que un buen ejemplo, una palabra dulce, un beso, un abrazo siempre van a hacer parte de la educación, el mundo necesita personas con valores, personas que crean en otros, que amen a su prójimo, que tengan paciencia y tolerancia en los momentos difíciles, que sepan dialogar, defender sus ideales sin pararse en los demás, nosotros somos los formadores de ese mañana, eduquemos siempre pensando en ese futuro, hay decisiones que pueden ser más dolorosas para nosotros que para ellos pero deben tomarse a tiempo. 
Nunca dejemos de verlos como lo que son “Seres maravillosos y especiales que vinieron al mundo a Amar y a ser Amados”.



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